¿En Lior hay biblioteca...? (Libre)

Aunque tuviera la piel oscura y cabello albino como toda una Ishvalita, pasaba desapercibida entre las calles de Lior, gracias a que casi todos poseían algunos de los rasgos de los habitantes de ishval, a veces hasta los 3 juntos. No sabía si entristecerme por ver aquellos rasgos tan familiares, ya hacía algunos pocos años que no los lograba ver, pero al parecer no me causaba ningún sentimiento, solo un poco de reflexión. Igual, mi curiosidad fue lo que me trajo a estas tierras, la religión de Lior era aún mas insólita que la de mi tierra de nacimiento, el tal "Dios Leto", me parecía algo gracioso y la vez me causaba curiosidad los cimientos de esta religión. Pero por más que intentara, no conseguía la catedral, o siquiera la biblioteca de la ciudad.

~Vamos.. Tiene que estar por aquí...- decía al pasar por tercera vez por la misma calle.

Supongo que estaba perdida, pero no iba a admitirlo en voz alta, ni que me preguntara la señora más amable de todo Lior. Me comenzó a gruñir el estómago; no tenía dinero y esperaba conseguir refugio y comida para viajeros en la catedral, pero por mas que buscaba no la encontraba. Llevaba 2 días sin comer, y sin embargo me di el lujo de viajar hasta este lugar... Solo a mi se me ocurren hacer estas cosas. "Debí quedarme en central, al menos se donde puedon encontrar comida allí..." pensaba, con cara de disgusto.

Coloqué ambas manos en mi nuca, y miré hacia el cielo. Mi estómago estaba rugiendo aún más fuerte, y ya estaba cansada y aburrida de no poder salir de las 3 mismas calles de Lior, y sin poder encontrar nada. En ese pequeño momento de distracción, no me di cuenta que un chico venía de frente, y me tumbó contra el suelo sentada del impacto. Me sobé un poco la cadera ya por reflejo, e hice un pequeño gesto de dolor.

~¡T-ten mas cuidado!- Le grité al chico desde el suelo, con los ojos entrecerrados por el sol.

Tomé la mano del chico y me levanté fingiendo que me costaba. Me sacudí la ropa con gesto arrogante, se había llenado de algo de arena, aunque realmente no me importaba, quería causar impresión.

~Si andas leyendo por el camino así sin ver a donde vas, volverás a hacer caer a niñas como yo, o ancianas como esa - señalé a una anciana de por ahí, que usaba un bastón y me veía curiosa -Y cree que a las ancianas y a las niñas no les gustan ser arrojadas al suelo u.ú- mantuve el gesto arrogante.

Eché una rápida ojeada al libro que sostenía el chico casi frente a su cara, y observé uno de los libros que estaba buscando sobre la religión de este país. Me brillaron los ojos del interés, no tenía el por qué seguir buscando la biblioteca (Que al parecer, nunca iba a encontrar), tan solo debía buscar algo de comida y una de esas "biblias" que daban gratis en la catedral.

~Emm... ¿Estás leyendo eso?- señalé el libro con un desinterés muy mal fingido.

Miraba ahora con más ilusión aquel libro, el título decía todo lo que necesitaba saber sobre aquella religión, o más bien quería saber; ignorando a la vieja (?). Pensé por un momento las posibilidades: podría pedírselo, aunque como era un extraño probablemente me diría que no y se iría; podría comprárselo, pero no tenía NADA de dinero; y podría robarselo, aunque ya conociera mi rostro. Na, primero optaría por pedírselo, ya que si se lo robara tendría que echar a correr, y estaba demasiado hambrienta y cansada como para eso.

~Umm... La verdad...- pensé por unos segundos, intentando encontrar palabras convincentes -La verdad es que estaba buscando este libro, mi padre está en Central realizando una investigación sobre sectas y religiones de Amestris, y me envió a Lior a buscar específicamente ese libro...- puse cara de perrito -¿Me lo podrías dar? *-*

Y sí, todo aquel relato falso me salió con tanta naturalidad que hasta yo misma quedé extrañada. Ya estaba comenzando a saber sobrevivir completamente sola, a la edad que tengo, en un país que abundan los prejuicios a los ishvalitas.

Intentaba mantener mi mirada, mi posición y mi voz lo más inocente posible, aunque no era difícil teniendo un rostro con esa naturalidad. Sin embargo, me mantenía atenta a lo que posiblemente pudiera suceder: El chico podría darse cuenta y de un momento a otro atacarme por querer quitarle un libro indiscretamente, o quién sabe como reaccionaría. El punto es que me dí cuenta de su símbolo de alquimista estatal, aquel reloj de plata, gracias a un destello del sol contra éste que se reflejó hacia mi cara. Era muy curioso encontrarme en una situación así con un alquimista aparentemente superior.

~Eh eh...- Negué con el dedo -La religión de Lior no es la única que investiga, aquella investigación se trata de todas las sectas significativas de Amestris; y justo hace menos de una semana un subordinado le trajo mucha información desde los límites de la región del Oeste, donde está evolucionando una secta desde hace unos muy pocos años...- me coloqué una mano en la nuca -Como estaba sumamente ocupado con ese material, me envió hasta acá a buscar más información n.n- sonreí amablemente.

Realmente mi imaginación estaba comenzando a volar; me imaginaba el escenario de un hombre de piel morena y ojos violáceos, con un reloj de Alquimista estatal, arduamente trabajando sobre un montón de papeles y libros... Era divertido, estaba por comenzar a reír.

~Etto... La verdad es que mi padre no me envió algo con qué identificarse, no me quiso dejar su reloj por se muy valioso, según...- Me rasqué un poco la nuca -¿Seguro que no me lo puedes dejar? En dos semanas debo volver a Lior a devolver todas las cosas, así que te lo podría devolver sin problema...- de eso si no estaba segura, porque jamás rompo una promesa, pero a la vez estaba mintiendo descaradamente.

Llevé la otra mano a mi nuca, y suspiré sonoramente. Un nombre, precisamente era lo que no podía dar, o más bien, lo que no sabría dar. Fingí un poco de interés al ver el reloj de plata; realmente el significado no me importaba mucho, más significativo me parecía el valor del materia. Pensé por unos segundos, muy cortos, elaborando una respuesta que me diera las 2 posibilidades originales: Obtener el libro o no.

~Joo... Otro alquimista estatal...- me rasqué un poco la mejilla con el dedo índice -Oto-san me especificó que no le diera su nombre a gente del ejército... Aunque la verdad no tengo idea del por qué no quiere que lo diga... - fingí una sonrisa incómoda.

Tal vez ya había engañado lo suficiente al chico para intentar obtener el libro, pero la verdad era la única persona con la que había tenido contacto en Lior, no iba a desaprovechar una oportunidad así. E chico era astuto, pero después de todo, era un chico.

~Emm... Hablando de otra cosa...- jugaba un poco con mi larga cola de caballo -¿No sabes donde queda un restaurante barato por acá? Me robaron la maleta en la estación de tren, y solo tengo unas pocas monedas para comer...- para complementar mi mala excusa rugió convenientemente mi estómago.

La verdad sí estaba hambrienta, y falta de dinero, no me vendría mal que el chico sintiera un poco de compasión por una chica hambrienta. Aunque quien sabe si iba a poder conseguir un plato de asado gratis, o iba a tener que limpiar ventanas nuevamente.